EL MEDIO AMBIENTE Y LOS INSTITUTOS
DE PLANEACIÓN METROPOLITANOS
Por. María Elena Sánchez Ruiz.
Resulta común hablar en la actualidad de los institutos de planeación metropolitanos y la importancia que estos tienen dentro del desarrollo urbano a efecto de mejorar la calidad de vida y participación de los ciudadanos. La implementación de estos institutos fue un tema recurrente dentro del discurso de las campañas políticas de los funcionarios que actualmente son responsables del gobierno del estado y los municipios. Sin embargo poco o ningún esfuerzo se ha hecho por implementar estos órganos dentro de sus estructuras de gobierno. La ciudad continua creciendo de manera anárquica, desordenada y deforestando grandes extensiones de áreas arboladas, esta carencia de una planeación participativa atenta contra los derechos humanos y sociales de la población.
Los derechos sociales se violan por la poca participación ciudadana en la planeación urbana, si bien existe ésta en el marco legal ella es “discrecional”, “limitada” a ciertos órganos y la opinión emitida por los ciudadanos es “reservada”, la última palabra o autorización la tiene un funcionario, en ese sentido la opinión o participación pública sirven únicamente para legitimar intereses creados entre los fraccionadores y la autoridad.
Como ejemplo de lo anterior tenemos la consulta de los Planes Parciales de Desarrollo Urbanos y a las mesas de trabajo del Ordenamiento Territorial Ecológico, donde se invita a “algunos“ presidentes de colonias y a un selectivo grupo de asociaciones sociales, no invitan a toda la sociedad para que analicen y discutan estos planes en mesas de trabajo.
Ante la falta de una planeación urbana metropolitana con enfoque ecologista encontramos que los proyectos urbanísticos que presentan los fraccionadores carecen de suficientes áreas verdes y recreativas, espacios para mercados, escuelas, áreas comerciales o de desarrollo, etc., por el contrario las calles cada día son más estrechas, sin banquetas, no se proyectan avenidas que desahoguen el trafico, sino que aprovechan las ya existentes convirtiéndose éstas en un cuello de botella, así de manera irracional se autorizan obras.
La manera en la que actualmente funcionan las Direcciones de Obras Públicas se acomodan a las necesidades de los fraccionadores quienes presentan sus proyectos y son autorizados sin responder a una planeación estratégica, cuando quien debe dictar las políticas y líneas de acción es el gobierno. Así los planes parciales de desarrollo urbano se ajustan a las disposiciones de ellos. Este vicio debe revertirse y “debe ser la autoridad” quien dicte las políticas públicas a través de una planeación urbana sustentable que contemple de manera integral el crecimiento poblacional, la movilidad urbana, el medio ambiente, la ecología, la salud física y mental mejorando con ello la calidad de vida de la ciudadanía.
Encontramos así que la manera en la que actualmente funcionan las áreas de planeación urbana en el estado y los municipios favorecen a los fraccionadores a quienes no les interesa la ecología, ya que no ven en esta un negocio. Lo anterior trae como consecuencia el que nos enfrentamos a una atroz deforestación de las áreas boscosas.
Como ejemplo de lo anterior tenemos la autorización de fraccionamientos aledaños al bosque El Nixticuil, El Centinela, y la Barranca, donde se esta devastando una importante extensión de áreas arboladas en predios propiedad privada que no fueron incluidos dentro de los polígonos de las Áreas Naturales Protegidas y sus propietarios o fraccionadores están talando, quemando y tapando cañadas, poniendo en peligro de extinción una importante variedad de flora y fauna. Dichas acciones atenta contra el medio ambiente, nuestra calidad de vida y como consecuencia contra nuestros derechos humanos. La violación a al estado de derecho es constante por parte de los constructores en complicidad con las direcciones de obras públicas al hacer caso omiso a la Ley de Equilibrio ecológico.
Al respecto cabe destacar que diversos estudios demuestran que es más caro reforestar que conservar las áreas verdes o boscosas y que estas son necesarias para la recreación y el esparcimiento coadyuvando a la salud física y mental de los ciudadanos. En ese sentido, los desarrolladores al proyectar las obras deben considerar mayores espacios para áreas verdes y al trazar las avenidas cuidando no tumbar y talar los arboles de manera indiscriminada e irresponsable, como fue el caso de los arboles de la Carretera Tesistan o el periférico, se deben proyectar las obras respetando y conservando en mayor medida las áreas arboladas.
De manera concreta nuestra propuesta es que se implementen a la brevedad los Institutos de Planeación Metropolitanos con enfoque ecologista a efecto de que se planee un desarrollo urbano sustentable con ordenamiento territorial ecológico, y que dentro de la estructura de estos organismos se incluya un consejo ciudadano que supervise y autorice las obras a desarrollar.
Exigimos que el citado órgano se integre por un grupo colegiado de ciudadanos donde participen ingenieros, arquitectos, pero también psicólogos, biólogos e ingenieros en educación ambiental a fin de que estos en conjunto valoren si las obras proyectadas favorecen al medio ambiente, la ecología, la calidad de vida de la comunidad y en general el respeto de los derechos humanos y de participación social.
Es imperativo modificar el marco normativo y legal que efecto de favorecer el respeto a la Ley de Equilibrio Ecológico, que sea obligatorio el que la Dirección de Ecología sea quien dictamine los permisos de construcción con la supervisión y consulta de los presidentes de las colonias aledañas y un consejo ciudadano, que la Dirección de Obras Públicas no autorice las obras sin la anuencia de los primeros, ya que en la actualidad esta acción no es obligatoria y los estudios de impacto ambiental son “reservado para unos cuantos”, aún cuando es un requisito.
sábado, 26 de enero de 2008
Suscribirse a:
Entradas (Atom)